EQUILIBRA LAS ENERGÍAS FEMENINA Y MASCULINA QUE HAY EN TI
Por Raquel Lara Almazán,
Terapeuta Gestalt y Corporal
Seamos conscientes o no, vivimos en una sociedad donde se le
da más valor a lo lineal que a lo cíclico. Lo lineal está relacionado con la energía
masculina, el hombre, la acción, la dirección, el poder y la dominación, estos
dos últimos, valores de un masculino totalmente distorsionado y que nada tiene
que ver con la naturaleza de la energía masculina.
Lo cíclico está relacionado con la energía femenina, la
mujer, su ciclo menstrual, la luna, la madre naturaleza y las estaciones del
año.
En la evolución del ser humano, a lo largo de la historia de
la humanidad, se ha producido un desequilibrio hacia lo masculino. En un
contexto de una sociedad patriarcal, y como consecuencia de una escasa evolución
en consciencia, el ser humano hombre, donde suele estar más marcada la energía
masculina, ha hecho lo posible para postergar a la presencia femenina, que
normalmente se da más en las mujeres. Han sido elementos egoicos, algunos como
la ambición, los celos y la codicia, los que han llevado al hombre a degradar,
desvalorizar, descalificar, marginar y reprimir, a todo lo relacionado con lo
femenino. De esta manera creando un desequilibrio, dándole más valor incluso
sobrevalorando a los valores y al poder masculino.
En muchos movimientos feministas actuales, se les
culpabiliza a los hombres por tantos siglos de dominación a la mujer, por haber
degradado, humillado y profanado a lo femenino. Sin darse cuenta las mujeres,
se colocan en el lugar de la víctima, y una víctima necesita un verdugo, un
culpable que las hace o les ha hecho la vida imposible a ellas y a sus
ancestras y del que se tienen que defender.
Al creer que se tienen que defender, no se dan cuenta que se
ponen en el mismo lugar que su verdugo, (tú me la haces, tú me la pagas), esto
produce una gran desconexión de ellas mismas, y sin darse cuenta, se llenan de
rencor, rabia, odio, resentimiento, tristeza, sufrimiento y amargura. Se
desconectan de su corazón y de la energía del amor, es decir, de su parte
femenina y del femenino sagrado, que es amor, y a la vez también, sin saberlo,
se desconectan de su masculino sagrado.
Una mujer tiene que
entender, qué por el hecho de existir, tiene derecho a SER y puede ser libre en
cualquier ámbito de su vida, si así lo desea, y que no se tiene que defender ni
pelear para demostrar nada. Desde el amor hacia ella misma una mujer sabe que
se merece el derecho a Ser, sin necesidad de justificarse ni cuestionarse.
Los hombres también han sufrido una incisión, una
desconexión de su parte femenina, porque tanto hombres como mujeres tenemos una
parte femenina y una parte masculina. Se les negó su capacidad de emocionarse y
conectar con su vulnerabilidad, sometidos a mucho juicio social por el hecho de
ser hombre. Un hombre sensible todavía hay quien dice que es, débil, poco
masculino, blando…incluso el juicio también proviene de algunas mujeres de su
entorno. Estas creencias y condicionamientos culturales y sociales, sostienen a
un hombre en un masculino distorsionado, que nada tiene que ver con su
naturaleza. Casi obligado a aparentar, ser fuerte, no mostrando sus
sentimientos ni vulnerabilidad, para no parecer débil.
Lo mismo sucede con una mujer, se produce una distorsión de
lo que representa su femenino, socialmente valorando más a la mujer sumisa,
complaciente, amorosa, entregada a los demás, carente de necesidades propias y
negada a su propio placer sexual. Una mujer totalmente desconectada de su
naturaleza salvaje.Una mujer enferma muy severamente, y también todo lo
relacionado con lo femenino, en una sociedad más enfocada en la producción
masiva y rápida, sin respetar los procesos naturales de maduración de lo que
nos da la tierra, el maltrato animal y la generación de residuos que contaminan
a la madre tierra.
Hay mucha falta de amor, y lo femenino es amor. Hombres y
mujeres tenemos que reconectarnos con nuestro femenino y masculino sagrado, y
equilibrarlo.
El hombre conectarse con su vulnerabilidad, estando Presente
y en el corazón.
La mujer conectarse con su naturaleza cíclica, entenderla,
reconocerla y acompañarla.
Y ambos recuperar su capacidad de SENTIR desde la sabiduría
del cuerpo.
¿Cómo hacerlo?
Asistir a Círculos de hombres (los hombres), a Círculos de
mujeres (las mujeres) o a círculos mixtos donde se fomente el equilibrar ambas
energías.
Leer libros, artículos, ver vídeos que nos inspiren y nos
ayuden a profundizar en nosotros mismos para conocernos mejor.
Conocer nuestras emociones para hacernos cargo de ellas.
Estar presentes en el cuerpo; observándolo, moviéndolo,
bailando, cantando, meditando…asistir a clases de movimiento corporal
consciente te puede ayudar.
Estar en contacto con la naturaleza.
Ir a terapia para revisar temas que por nosotros mismos no
podemos hacerlo, porque es demasiado doloroso o no sabemos cómo hacerlo, y el
hecho de sentirnos acompañados nos proporciona confianza y seguridad.
Con amor todo es posible❤
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