SANANDO AL NIÑO QUE FUIMOS
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SANANDO AL NIÑ@ QUE FUIMOS
Todos los adultos llevamos dentro el niñ@ que fuimos.
El que
más y el que menos en la infancia, hemos tenido heridas emocionales y si no las
solucionamos en su momento, el niñ@ interior estará dañado.
Ahora desde la
capacidad de adultos podemos intentar comprender lo que le pasa para sanarlo,
escuchar, aceptar, sostener, dar amor y cariño a nuestro niñ@ interior es de
vital importancia para mejorar emocionalmente y para una sana autoestima.
¿Cuáles son
los síntomas de un niñ@ interior herido?
·
¿Reaccionas de forma exagerada a problemas comunes? ¿Necesitas
tenerlo todo bajo control, y cuando eso no sucede, no sabes qué hacer para
solucionarlo?
·
¿Tienes problemas de comunicación con tus seres
queridos?
·
¿Tropiezas una y otra vez con la misma piedra?
·
¿Te descuidas a ti mism@, tienes adicciones,
costumbres que perjudican a tu salud, no comes ni duermes bien?
·
¿Sientes culpa cuando te va bien?
·
¿Desaparecen el juego y la risa de tu vida?
·
¿No sabes poner límites?
·
¿Repites patrones familiares de forma inconsciente?
·
¿Utilizas el chantaje emocional y el victimismo como
manipulación en tus relaciones?
·
¿Te preocupas demasiado de lo que opinan los demás?
·
¿Tu bienestar depende de los demás?
Si tus respuestas a algunos de estos interrogantes son
afirmativas, ello es señal de que necesitas sanar tu niñ@ interior, esa parte
nuestra que simboliza nuestro ser emocional, que creció en un entorno familiar
determinado, y que, a muy temprana edad, empezó a ser condicionado a través de
la culpa, la crítica, el miedo, el rechazo…
¿Cómo sanar a nuestro
niño interior?
Te propongo un ejercicio,
se trata de visualizar tu etapa de la niñez, ¿cómo eras cuando tenías 6 o 7
años?, como eras físicamente y si te
cuesta, puede ayudarte y resulta muy útil rescatar alguna fotografía que tengas
de esa etapa, para refrescarte la memoria y captar todos los detalles posibles.
Imagínate a ti mism@ de pequeñ@, en tu habitación sol@, ¿qué
hacías cuando estabas en tu habitación a solas?, ve al pasado para recordar cada detalle. Qué muebles había en tu
habitación, de qué colores, a qué jugabas, a qué olía…a más detalles más efecto
tendrá el ejercicio.
Ahora
imagínate a ti mism@ como eres ahora. Imagina que estás entrando a la
habitación que tenías cuando eras pequeñ@, abres la puerta y ves a un niñ@
cabizbaj@, insegur@. Ese niñ@ eres tú cuando eras pequeñ@. En la habitación
estás tú, tal y como eres ahora, acompañad@ por un niñ@, que es el de la etapa
de tu infancia.
Ahora tu
persona adulta puede hablar, acariciar, darle amor al niñ@ que fue, usando la
imaginación.
Ahora en esta visualización puedes acercarte a ese niñ@
herid@, sensible, temeros@ y preguntarle qué le pasa. Escúchal@, porque ahora
puedes comprenderl@, besarl@, abrazarl@, darle protección, apoyo, amor…ahora
tienes la oportunidad de tratarte como te hubiera gustado que te trataran en la
niñez. Dale cariño y comprensión, abrázal@ fuerte y dile que a partir de ahora estará a salvo, que l@ cuidarás y aceptarás
como se merece.
Hay una oración que yo le digo a mi niña y es la siguiente,
Te amo incondicionalmente.
En este mundo hay mucho amor para ti,
y tú tienes mucho amor para dar.
Ese amor es incondicional,
que no se compra ni se vende,
que no tendrás que pagar,
de ninguna de las maneras,
porque naciste en el amor incondicional.
Te amo incondicionalmente
Desde hoy, para toda mi vida y toda mi eternidad
Y así lo decreto
Me amo incondicionalmente.
Hay muchas oraciones por internet, puedes buscar la que más
vaya contigo o crear la tuya propia.
Los beneficios de hacer este ejercicio, a través de la
visualización y la imaginación, es
poderte dar cuenta de que tus partes más inseguras, crueles y temerosas
provienen de tu niño interior. Trata de cuidarl@, quererl@ y aceptarl@ y
notarás mejoría emocional, a la vez que tu autoestima quedará reforzada.
Relacionarnos con nuestro niñ@ desde la alegría, la
comprensión y el amor, nos ayudará a sanar nuestra dañada autoestima. Es la
única manera de realizar cambios positivos en nuestra vida: establecer
relaciones sanas, ser prósperos, cuidar nuestro cuerpo, trabajar en algo que
nos gusta, amar incondicionalmente y llegar a sentirnos plenos y felices.
En terapia utilizo el trabajo con el niñ@ interior en
muchísimos casos, y nos ha ayudado a hacer posible el reencuentro de muchas
personas con su niñ@ interior, que les ha dado conciencia de sí mism@s y el
placer verdadero de vivir.
Con AMOR
todo es posible
Raquel Lara
Almazán, Terapeuta Gestalt y Corporal
Escrito el 7/1/2019
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