COMO ABORDAR LA ANSIEDAD DESDE LA TERAPIA GESTALT
Como abordar la ansiedad desde la terapia Gestalt
¿Te suena la frase “estoy más perdido que un pulpo en un
garaje”?
O no sé qué hacer con mi vida, me siento perdid@ y
angustiad@.
Son las frases más frecuentes que me suelo encontrar en
terapia, tanto en individual como en grupal, demandas que se acompañan con
síntomas físicos como, palpitaciones en el pecho, manos y pies fríos y sudorosos,
sudoración excesiva, sensación de nudo en la boca del estómago, nudo en la
garganta, dolor cervical, hombros, espalda, entre otros, los síntomas psicológicos
más frecuentes son, inquietud, angustia, sensación de no poder estarse quiet@,
tristeza, inseguridad…te suena? La tan famosa ansiedad, la mayoría de nosotros
nos sentimos identificados porque en algún momento de nuestras vidas hemos
pasado por situaciones que nos han hecho sentirnos así.
A menudo la persona que viene a terapia no sabe qué le pasa
y menos aún qué le ha llevado a sentirse así. Algun@s vienen enfadad@s consigo
mis@s y con el mundo que les rodea, por no entender lo que les sucede, frases
como “yo no era así” o “yo no soy yo”, me siento cansad@ y con baja energía, me
cuesta concentrarme en mi trabajo, no aguanto a mi pareja, ni a mis hij@s, ni a
mis padres, mis amig@s me cargan, el mundo está fatal, pienso que estoy mejor
sol@, pero tampoco estoy bien si lo estoy, mi cabeza no para de dar vueltas…te
suena? todo esto lleva a la persona a sentir una sensación de culpabilidad, frustración
e impotencia, y en ocasiones a sentir un vacío difícil de explicar, es en este
punto donde incapaces de gestionarse a sí mismas algunas personas piden ayuda
profesional.
Partiendo que cada persona, cada cultura, cada país, tenemos
una mirada diferente de ver el mundo, esta representación que hacemos del
mundo, esta relación con la realidad, depende de los filtros que hayamos puesto
a lo largo de nuestras vidas, a través de nuestra cultura, nuestra educación,
nuestras relaciones afectivas, lo que consideramos éxito o fracaso, entre
otras, y, dicho de otra manera, lo que nos hayan contado y nos hayamos creído como
verdad.
La ansiedad es una forma que tiene nuestra mente, nuestro
pensamiento, de relacionarse con la realidad, a veces confusa, equivocada y
distorsionada, confundimos la representación que hace nuestro pensamiento con
lo que nos ocurre y ocurre en realidad.
La ansiedad es una emoción que experimentamos en situaciones
en que nos sentimos amenazad@s por un peligro externo o interno. Entre miedo y
ansiedad, en el miedo, reconocemos algo externo que nos lo produce y nos
preparamos para responder, en cambio, en la ansiedad, desconocemos lo que nos
la provoca, siendo la amenaza la sensación interna y nos provoca una dificultad
en la elaboración de la respuesta.
Esta dificultad para distinguir lo real de lo imaginario es
lo que nos provoca a asociar ideas de forma aleatoria y desorganizada de lo que
nos ocurre y nos llevan al delirio.
En la terapia Gestalt se aborda la ansiedad y los
sentimientos de vacío desde el nivel de pensamientos. En la zona de fantasía
donde se encuentran ubicados nuestros pensamientos, creencias, fantasías y
situaciones hipotéticas. El objetivo es revisar y cambiar las creencias y
expectativas que tenemos a cerca de nosotros mismos, de los demás y del mundo,
rastreando poco a poco los pensamientos distorsionados que nos han llevado a
fabricar una autoimagen negativa y a expectativas catastróficas de nuestro
futuro y nuestro mundo.
Respecto a la autoimagen negativa, he de decir por mi
experiencia en acompañamiento a pacientes, que llega un momento en terapia
cuando la persona habla de si misma, en el que surgen situaciones específicas
de su vida que la llevaron a fabricar estas creencias y que pueden ser
experiencias del pasado o introyectos recibidos en su infancia. Un ejemplo de
una paciente con dificultades para relacionarse socialmente a quien su padre le
decía a menudo: “así como eres no sirves para mucho”. Este introyecto hizo que
la paciente creciera con la idea de que no podría tener una pareja que la
quisiera como era y tampoco amigos o un grupo social sólido ya que nadie podría
quererla por ser como era.
En la terapia Gestalt, los estados de ansiedad se pueden
abordar en sesiones grupales vivenciales, sesiones individuales y mixtas, aunque
he de decir que los pacientes con ansiedad las sesiones individuales son las
más indicadas.
El proceso terapéutico ayuda y mucho, gracias a la mirada
limpia del terapeuta, que también se ha revisado así mismo, quién nos confronta
lo falso y nos apoya en lo verdadero, se revisan las estructuras del lenguaje
de la persona para corregir su manera de expresarse y así modificar su
percepción de las situaciones, por ejemplo: “mi pareja hace que me enfade “dice
el paciente, y el terapeuta le plantea: ¿él hace que tú te enfades? Otro
recurso para evitar que el paciente invierta demasiado tiempo en sus
pensamientos, que son básicamente el origen de la ansiedad, es ayudarlo a darse
cuenta de la energía que emplea en la zona de fantasía, retirar energía y
enfocarse en el aquí y ahora, ya que en Gestalt se dice que “la angustia es un
puente que se tiende entre el presente y el futuro”, porque el origen de la
mayoría de los pensamientos angustiosos está en pasar demasiado tiempo en el
futuro.
Existen muchas teorías que abordan la ansiedad con éxito, el
terapeuta Gestalt dispone de unas herramientas que las comparte con el paciente
pudiendo él mismo disponer de ellas durante toda su vida para superar los
cambios de estado de ánimo dolorosos.
La Gestalt también aborda episodios de tristeza, vacío,
rabia, dificultad para relacionarse con los demás, dificultades en la pareja,
entre otras, si quieres más información sobre lo que la Gestalt puede hacer por
ti no dudes en ponerte en contacto conmigo y si lo que deseas es solicitar una
terapia individual.
Raquel Lara Almazán, terapeuta
Gestalt y corporal
Escrito en marzo del 2018
Escrito en marzo del 2018
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